Solemos beneficiarnos de sus propiedades saludables a través de los jugos de cítricos, pero lo que debemos saber es que la Vitamina C también es una gran aliada para nuestra piel.
El ácido ascórbico, conocido como Vitamina C, es un concentrado de bienestar con múltiples propiedades. Sin embargo, es una molécula muy inestable, por lo que en nuestro activo puro se ha estabilizado con la ayuda de la Vitamina E: de esta manera, además de lograr estabilidad, podemos beneficiarnos de la acción sinérgica de ambas vitaminas y de un efecto potenciado. La vitamina C también es fotosensible, es decir, se oxida y pierde eficacia cuando se expone a la luz solar. Por eso hemos renovado todos los frascos de nuestros valiosos activos puros, que ahora cuentan con un filtro especial de protección UV.
¡Pero atención! No es fotosensibilizante, por lo que se puede usar tranquilamente durante el día e integrarla sin problemas en nuestra rutina de cuidado facial matutina, así como en la nocturna.
La Vitamina C es un poderoso antioxidante capaz de neutralizar la acción de los radicales libres y de contrarrestar los signos del envejecimiento estimulando la producción de colágeno. Proporciona una luminosidad extrema a la piel, haciéndola fresca y radiante. Este activo prodigioso también tiene un efecto unificador: aclara las manchas y mejora la textura. Por todas estas razones, es frecuentemente utilizada en la reina de las rutinas de belleza, el cuidado de la piel coreano, ¡y no puede faltar en la tuya!
La Vitamina C tiene un alto poder antioxidante, lo que significa que puede combatir la acción dañina de los radicales libres y ralentizar el envejecimiento de la piel. ¿Qué son los radicales libres y cómo se forman?
Un radical libre es una molécula muy inestable debido a la falta de un electrón en su órbita más externa. Para compensar esta inestabilidad, busca robar un electrón de otras moléculas cercanas, creando así una reacción en cadena que daña más y más células. Sin embargo, puede recibir ayuda de una molécula antioxidante capaz de ceder este electrón y detener el proceso.
Los radicales libres se forman naturalmente en nuestro organismo, pero hay factores que pueden acelerar y empeorar la situación:
La combinación de vitamina C y E, como en nuestro activo puro, potencia exponencialmente el poder antioxidante de ambos. Cada molécula de vitamina E puede detener un solo ciclo de oxidación, pero gracias a la contribución de la vitamina C, puede volver a ser activa en la lucha contra los radicales libres.
La vitamina C es una molécula fundamental para la síntesis del colágeno, una proteína que es fundamental no solo para nuestra piel, sino para todos los tejidos conectivos de nuestro cuerpo. Este activo estimula su nueva síntesis y lo mantiene activo, lo que resulta en la atenuación de los signos del envejecimiento. En definitiva, tiene una acción anti-edad integral actuando sobre el envejecimiento cronológico causado por la edad, así como sobre el fotoenvejecimiento causado por la exposición a los rayos UV, gracias a su poder antioxidante del cual acabamos de hablar.
La Vitamina C es ideal para brillar durante todo el año y puede ser de gran ayuda incluso en períodos difíciles como los cambios de estación, cuando notamos que nuestro rostro está un poco apagado y cansado, o antes de los meses de verano para preparar la piel para la exposición solar.
Nuestro activo de Vitamina C puede ser aplicado directamente en el rostro como un suero, después de aplicar el tónico y antes de la crema, o también como un potenciador para mejorar el efecto iluminador de nuestra crema favorita. En la rutina de belleza coreana, la Vitamina C se utiliza ampliamente como suero y representa uno de los secretos de excelencia para lograr la muy deseada piel de porcelana.