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Las perspectivas de La Saponaria

Los productos y consejos adecuados para una rutina de belleza perfecta para el verano

Por fin ha llegado el verano: ¡es hora de desempolvar la ropa más ligera y las gafas de sol! Con el cambio de estación, también es muy importante cuidar nuestra piel de una forma diferente a meses anteriores, teniendo en cuenta algunas precauciones, y aprendiendo a utilizar los productos adecuados para una correcta rutina de belleza veraniega.

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y tiene una enorme importancia porque realiza la pertinente función de barrera ofreciendo una protección eficaz frente a los agentes externos físicos, químicos y térmicos.

La piel también es un órgano de los sentidos y no olvidemos la importancia que también tiene en la vida social de todos, a través de la piel transmitimos información, sensaciones y emociones.

Dicho esto, al contrario de lo que escuchamos en los anuncios de la televisión y en los periódicos, la piel no se acostumbra a los productos cosméticos, sino que necesita cambios en función de la estacionalidad, la situación hormonal y las condiciones psicofísicas.

Sobre todo en las épocas de calor es importante mantener una correcta rutina de belleza estival vigilando atentamente el estado de hidratación, las rojeces, las secreciones sebáceas y la aparición de granitos.

¿Cómo cambiar la rutina de belleza de invierno a verano y cuidar tu piel? Aquí tienes nuestros consejos para tu rutina de belleza veraniega:

1. La importancia de la hidratación
2. Proteger la piel y el cabello del sol
3. Nutrir y mantener el bronceado
4. Regenerar la piel
5. La importancia de las vitaminas A, C y E para tu piel en verano
6. La rutina de belleza veraniega en los días de playa

1. La importancia de la hidratación

En verano, debido a las altas temperaturas ya la mayor exposición a los rayos solares, nuestro cuerpo (recordemos que está compuesto por más del 60% de agua) está sometido a una mayor y constante pérdida de líquidos. Además de estos factores típicamente veraniegos, diariamente se elimina una buena cantidad de agua corporal a través de la piel. Este fenómeno se llama transpiración insensible o transpiratio insensibilis, insensible porque no somos conscientes de ello.

Por eso, especialmente en la época estival, es importante beber al menos 2 litros de agua al día para evitar la deshidratación y la piel seca.

La hidratación de la piel viene desde adentro pero también desde afuera, gracias al uso de cosméticos adecuados.

Verano y piel: la hidratación perfecta

Para una buena rutina de belleza estival es recomendable utilizar una crema hidratante más fluida y fresca que las utilizadas durante el invierno, siendo especialmente adecuadas las cremas ligeras o geles que no contengan aceites o que los contengan en bajo porcentaje.

Durante la temporada de calor, para las pieles más grasas, la crema se puede sustituir completamente por un sérum facial, un tipo de producto más ligero y fácil de absorber que las cremas, los sérums son en realidad un concentrado de principios activos y aportan propiedades específicas a la piel sin apelmazar con cantidades excesivas de aceites.

Para dar hidratación y luminosidad a la piel, también son muy útiles los hidrolatos y aguas constitucionales en spray, que se pueden vaporizar sobre el rostro en cualquier momento del día. Para un efecto súper refrescante prueba a dejarlas en la nevera unas horas antes de usarlas, ¡tu piel te lo agradecerá y te lo agradecerá!

Para la limpieza del rostro es útil preferir productos delicados durante el verano (¡pero también en otras épocas del año!), perfectos en este sentido son las mousses limpiadoras o las leches desmaquillantes (preferiblemente las delicadas, que no contengan tensioactivos).

Un consejo adicional: evita usar perfumes alcohólicos durante la época de calor, especialmente cuando te expones al sol, podrían ser irritantes y provocar la aparición de manchas marrones. Si te gusta perfumar, prueba a producir tú mismo un perfume sólido con esta sencilla receta, o utiliza un aceite portador neutro como el aceite de almendras y luego aplica unas gotas de aceite esencial o esencias.

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Un producto perfecto para la hidratación de la piel en verano es el aceite de coco: ligero y perfumado, es ideal no solo como aceite corporal nutritivo y superhidratante, sino también como aceite capilar, con el que hacer un pack fortalecedor.

2. Proteger la piel y el cabello del sol

Para seguir una buena rutina de verano es importante protegerse de los rayos del sol. Elige con cuidado el protector solar a utilizar y evita rojeces o peores quemaduras. De hecho, existen cremas que contienen filtros protectores y se pueden clasificar según su SPF (factor de protección solar).

El protector solar es importante para todos, pero especialmente para las personas con piel clara y sensible (fototipo I y II) y para aquellas con piel propensa al acné. Aunque se ha confirmado la utilidad de la fototerapia en algunas afecciones dermatológicas (psoriasis, vitíligo), existen evidencias médicas de que la luz solar agrava el acné y suele ocurrir que las personas con acné que no han protegido adecuadamente su piel durante el verano experimentan un empeoramiento durante la estación otoñal. Esto sucede porque, si bien los rayos UVA tienen una acción momentáneamente beneficiosa sobre las imperfecciones acneicas, gracias a su poder bactericida, a la inversa los rayos UVB provocan una serie de efectos negativos: aumento de la secreción sebácea, engrosamiento de la capa córnea, actividad inflamatoria.

Debemos saber que también es fundamental proteger la piel ya bronceada, de hecho los rayos ultravioleta pueden actuar profundamente en la piel, por ejemplo los rayos UVA llegan a la dermis donde destruyen las fibras de colágeno y elastina que sostienen la epidermis.

Elige siempre productos ricos en vitamina E, con acción antioxidante, y sustancias calmantes, como los extractos de manzanilla y malva. Presta especial atención al contorno de ojos, cuello y zona perilabial que están permanentemente expuestos a los agentes externos y para proteger lunares y manchas. Recordemos también que en caso de embarazo, la piel es mucho más sensible y es especialmente propensa a la formación de manchas. Es bueno preferir, en este delicado estado de la vida de la mujer, protectores solares que contengan únicamente filtros físicos con spf 50.

Antes de exponerte al sol, evita las cremas que contengan ácidos de frutas o cítricos porque con la exposición al sol podrían crear manchas oscuras o irritaciones. El problema no surge si se utilizan productos de aclarado como gel de ducha o champú.

En el rostro, antes de la protección solar (preferiblemente antiedad para contrarrestar el envejecimiento celular prematuro) es recomendable aplicar un sérum a base de ácido hialurónico puro, ayudará a la piel a mantener una correcta hidratación y contrarrestar los daños de los rayos UV.

Recordemos que el cabello también necesita cuidado y atención, para protegerlo podemos aplicar un aceite reestructurante protector. Se puede utilizar antes de la exposición al sol o baños en el mar y en la piscina o como mascarilla de prelavado para recuperar el tono y el brillo tras días de playa.Se prefieren el aceite de argán, el aceite de coco, el aceite de almendras y la vitamina E. Elementos capaces de penetrar y nutrir el cabello desde la raíz hasta las puntas, consiguiendo aportar las sustancias necesarias para nutrirlo y repararlo.

Un consejo más: evita, en lo posible, un maquillaje demasiado exigente para las horas de calor. En verano, para el rostro, apuesta por productos ligeros y de doble acción, como las BB cream.

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3. Nutrir y mantener el bronceado

Evidentemente, como en invierno, la piel también necesita nutrirse en verano.

Si en general es cierto que en verano conviene aclarar los productos de la rutina de belleza, también lo es que tras la exposición al sol, la piel necesita una dosis extra de nutrición.

Para el cuerpo, después de la exposición al sol, se pueden utilizar productos específicos, como la Crema After Sun, y luego son ideales las mantecas y los aceites vegetales, como el aceite de argán, el aceite de germen de trigo y el aceite de almendras dulces. Puedes usarlos puros o añadir unas gotas de Vitamina E para aumentar su efecto antioxidante.

Si después de pasar días enteros en la playa, tu piel se siente seca ya veces irritada por el sol, la sal y la arena; para reequilibrar el estado normal de la piel, también puedes utilizar after sun calmantes, con manzanilla, caléndula, té verde, regaliz, zinc o hidrolatos y agua refrescante en spray de menta o gel de aloe.

Para el rostro, elige una rutina de belleza nutritiva y antioxidante después de un día de playa: las aguas constitucionales son ideales, seguidas de una crema rica y nutritiva.

En la ducha puedes conservar el tan "buscado" bronceado utilizando geles de ducha delicados que contienen ingredientes hidratantes y calmantes como la caléndula, la manzanilla, el aloe vera, la vitamina E. Amico del mare es un gel de ducha perfecto y muy delicado, especialmente formulado para ser súper delicado con la piel y respetuoso con la naturaleza: es ecológico y también se puede utilizar en barcos, campers, camping. Una vez a la semana continuar con una exfoliación ligera e iluminadora de acción mecánica. No tengas miedo de quitar el bronceado, la acción mecánica de la exfoliación elimina la capa más superficial depositada sobre la epidermis (impurezas y células muertas), y ayuda a mantener la piel luminosa, tersa y a que el bronceado dure más.

En cuanto al cabello, puedes hacer packs o mascarillas a base de aceite de linaza para dejar actuar y luego hacer un champú delicado, el resultado será un cabello menos seco y quebradizo.

Sin embargo, para las quemaduras, si la situación no requiere la intervención de un médico, se puede utilizar una de las mejores sustancias naturales contra las quemaduras: el gel de hojas de aloe vera. Si no tenemos a mano ninguna planta de aloe, podemos optar por el jugo de aloe. El hipérico también es excelente contra las quemaduras solares, lo que encontramos en una fórmula perfecta y refrescante para el verano en el Ungüento de hipérico.

4. Regenerar la piel

En los meses de invierno la piel sufre estrés y cambios debido al frío, volviéndose seca y sin brillo.

Con la llegada de la primavera podemos regenerar nuestra piel utilizando exfoliantes que nos permitan eliminar las células muertas y estimular el proceso de regeneración celular. El masaje con cremas anticelulíticas, además de ser útil para el ajuste del traje de baño, es ante todo importante para estimular la microcirculación y dar elasticidad a la piel.

Escoba, té verde, cafeína y aceite de almendras son los ingredientes a buscar en este tipo de cremas. El problema de las piernas pesadas e hinchadas puede dificultar mucho afrontar el periodo estival, además de las mujeres este trastorno suele afectar también a los hombres. Además de una sensación, la hinchazón en las piernas puede ser un problema visible, estéticamente desagradable pero sobre todo doloroso y también muy limitante en la vida diaria.

Un auténtico aliado a este tipo de molestias puede ser el automasaje, realizado con movimientos de abajo hacia arriba, con cremas específicas a base de mentol, rusco, hiedra y centella, ¡mejor conservar en la nevera para dar un mayor alivio a nuestras piernas!

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5. La importancia de las vitaminas A, C y E para tu piel en verano

En verano, más que nunca, nuestra piel necesita vitaminas.

Entre los aliados para mantener una piel sana encontramos diversas vitaminas y minerales, uno de los más importantes es la vitamina A la cual le otorga a nuestra piel múltiples beneficios, por ejemplo promueve la síntesis de todos los mucopolisacáridos presentes en la piel y tejido subcutáneo, retrasa la formación de arrugas, neutraliza la acción de los radicales libres que aceleran el proceso de envejecimiento de nuestra piel y la formación de arrugas.

Sin embargo, tenga cuidado, la vitamina A, que se puede encontrar con frecuencia en los productos antienvejecimiento (en el retinol INCI), es fotosensibilizante. En verano, utiliza productos que lo contengan solo por la noche o elige productos a base de retinol vegetal (fitoretinol), que en cambio no tiene contraindicaciones para la exposición al sol.

También es muy importante la acción de la vitamina C, que participa en el proceso de formación del colágeno, una proteína presente en las estructuras de contención, pero también en la piel, el cabello y las uñas.

Para proteger la piel de los rayos solares, no olvidemos nunca la vitamina E, que muy a menudo se añade a los protectores solares por los múltiples beneficios que aporta sobre la piel.

El gel de aloe también es un excelente producto utilizado tanto antes como después de la exposición al sol.

Además de importantes propiedades calmantes, también actúa con un mecanismo de acción preventivo: aplicado 24 horas antes de la exposición solar, mejora la respuesta inmune de la piel frente al daño oxidativo.

¡Cuidado con los cosméticos! Algunos pueden contener materias primas fotosensibilizantes, que pueden causar manchas y dermatitis. La sustancia, en la práctica, absorbe la energía de la radiación solar y en consecuencia altera su estructura, dando lugar a radicales libres y otros compuestos irritantes o tóxicos para la piel.

Estos compuestos pueden desencadenar una respuesta inflamatoria (reacción fototóxica), amplificada por la propia radiación solar. Ejemplos de ingredientes fotosensibilizantes son algunos perfumes y aceites esenciales, especialmente de frutas cítricas (como bergamota, pomelo, limón, mandarina, naranja), y sustancias ácidas como el ácido mandélico, salicílico o kójico. La fotosensibilización obviamente se refiere a aquellos productos que se aplican cuando nos exponemos al sol, ¡así que evitemos aplicarlos en la piel mientras nos bronceamos!

6. La rutina de belleza veraniega en los días de playa

En resumen: nuestra rutina de belleza de verano debe constar de múltiples gestos y hábitos capaces de mantener una correcta hidratación y un film hidrolipídico en buen estado, además de contrarrestar los radicales libres y los dañinos rayos solares.

Se recomienda aplicar cada noche un sérum nutritivo y antioxidante en caso de pieles grasas, un sérum y una crema fluida, o mejor en gel, en caso de pieles secas o normales.

Por la mañana, es mejor elegir cremas con filtros protectores para protegernos de los rayos del sol.

Y para un día de playa perfecto no olvidemos 4 reglas fundamentales:

  • Proteger la piel con una crema protectora para aplicar cada 2-3 horas y después de cada baño
  • Evita maquillarte: el maquillaje cansa la piel y le impide respirar
  • Protege y cuida tu cabello con un aceite protector
  • Evita exponerte al sol en las horas de más calor: es contraproducente para broncearte y el riesgo de quemaduras es muy alto
Y cuando volvamos, después de una buena ducha, no olvidemos hidratar nuestra piel con un buen gel para dar elasticidad, tono y brillo a nuestro rostro.

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